viernes, 7 de mayo de 2021

El examen de ingreso de Elena Martín Vivaldi


Nuevos datos biográficos de Elena Martín Vivaldi

Elena Martín Vivaldi nació en Granada a las cinco y media de la mañana del día 8 de febrero del año 1907 en la calle Sacristía de San Matías, número 14. Hija de don José Martín Barrales, catedrático de Ginecología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, y de doña Elena Vivaldi Romero, ambos granadinos. Nieta por línea paterna de don José Martín Torres, natural de Granada, y de doña Encarnación Barrales Fernández, natural de Cájar y vecina de Granada; y por línea materna de don Juan Bautista Vivaldi Pasineray, natural de Génova y de doña Asunción Romero Sacaluga, natural de Cádiz. Se mezclaron en la escritora los genes granadinos con la salada claridad de la bahía gaditana y la musicalidad venida de Italia.

Con siete años empezó a estudiar en el Colegio de Riquelme, situado en la calle Tablas. Confesaba Elena que comenzó a andar encorvada cuando con siete años acudía a las “Riquelminas” cargada con una pesadísima cartera. Sostiene Alvite que un niño no puede ser feliz si pesa dos kilos menos que sus libros.

 Unos años después estudió en el Instituto General y Técnico de Granada (hoy, Instituto “Padre Suárez”) como alumna libre los cuatro primeros cursos (1918/1919 – 1919/1920 – 1920/1921 y 1921– 1922) y como alumna oficial durante los cursos quinto y sexto, después del preceptivo examen de ingreso realizado en 1919.

El examen de ingreso de Elena Martín Vivaldi

Los datos que poseemos del examen de ingreso de Elena Martín Vivaldi son los siguientes:

1. En la parte superior de la instancia, una póliza de 11ª clase de una peseta de valor con la que se reintegra; a la izquierda el número 89 escrito a lápiz. A la derecha de la misma un sello del doctor Martín Barrales– su padre– de fecha 31 de mayo de 1919, en el que se indica que presentó certificado de vacuna. 2. El encabezamiento y el cuerpo de la instancia están escritos en “temblorosa” letra inglesa. Los renglones muy derechos (posiblemente sirviera de guía una falsilla). 3. La solicitud dice: “Señor Director del Instituto General y Tecnico (sic) de// la provincia de Granada.// Elena Martín Vivaldi natural// de Granada de 12 años, a VS respetuosamente expone:// Que deseando ingresar en el Centro que// tan dignamente dirige y habiendo hecho los estudios necesarios para ello// A VS. suplica se digne admitirla a los primeros exámenes que se verifiquen previa la presentación de// los documentos y pago de los derechos que la// ley exige.// Gracia que no dudo alcanzar de V.S.// cuya vida guarde Dios muchos años. Granada 29 de mayo de 1919. Elena Martín V (rubricado).”

A la vuelta del papel de barba está la prueba escrita del “examen de ingreso”. 1 El ejercicio de ingreso se realizaba cuando el alumno había cumplido diez años. La alumna Martín Vivaldi lo realizó con doce, el siete de junio de 1919. También Don Emilio Orozco ingresó en la Institución con doce años de edad, pues estuvo gravemente enfermo durante dos años. En el caso de Elena desconocemos el motivo de su retraso. 

El antedicho examen consta de un dictado de dos renglones del párrafo final del capítulo XIII de la segunda parte del Quijote: “Finalmente, tanto hablaron y tanto bebieron los dos buenos escuderos, que tuvo necesidad el sueño de atarles las lenguas.” 

Elena escribió: “Finalmente tanto hablaron y tanto bebieron los dos buenos escuderos que tuvo necesidad el sueño azarles las lenguas”. Sigue al dictado una cuenta de multiplicar con un encabezamiento Arigmetica (sic). Debajo de la multiplicación 378 x 703, bien hecha, aparece la fecha Granada 7 de junio de 1919 y su segunda firma Elena Martín V con rúbrica que se inicia en el vértice de esta letra. 

Cierra el ejercicio la calificación: “Examinada en día de hoy fue calificada de Aprobado.” Granada 8 de junio 1919. Firman los componentes del tribunal. Distinguimos la firma de Don Teodoro Sabrás Causapé, secretario del instituto.

 La alumna Martín Vivaldi fue una de las pocas jóvenes matriculadas como alumna oficial durante los cursos 22/23 y 23/24. Eran tan pocas, que durante el recreo se refugiaban en una pequeña habitación (hoy Conserjería) a la que llamaban el gineceo. Tal vez se cruzara en los pasillos con Francisco Ayala, un año mayor que ella. La tímida Elena, no muy alta, de facciones suaves, algo encorvada, provocó – según confesión propia– una manifestación entre los alumnos del centro que le exigían que eligiera novio entre ellos.


Jacinto S. Martín

Granada 15 de diciembre de 1913

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