domingo, 28 de marzo de 2021

Tarde de abril de 1957


 

TARDE DE ABRIL, 1957

 

Era jueves santo. Llovía. Mi madre me preparó la túnica y la capa, me cosió bien el escudo y me ordenó que hiciera la estación de penitencia.  De la iglesia de Santa María Magdalena fuimos a la del Cristo. Allí estaba rezando cuando de pronto, posiblemente se condensara el tiempo, me vi rodeado por los hermanos del Santo Entierro. Náufrago verde entre tanto negro, abandoné la iglesia para intentar saber dónde estaban los míos. Desde entonces los busco en la vieja memoria de las cosas sin encontrarlos.

 

 A mi hija Aixa María, perfumada por el mar de Cádiz, y a mi sobrino Jesús, que se ríe mejor que nadie.


                   Es primavera azul y te has perdido.

                   Nazareno, ¿adónde vas tan serio?

                   ¿Aún no sabes aclarar el misterio

                   entre tanta negrura confundido?


                   La ropa blanca y verde, esta mañana,

                   se preocupó tu madre de plancharte

                   y vas tú, ¡que dan ganas de pegarte!,

                   te arrodillas y rezas con desgana…


                   Y de pronto, ¿en qué estarías pensando?,

                   lo que era un mar de color verde y blanco,

                   se hizo de negra noche dolorosa.


                   Terminó la ‘estación’, isla en un banco,

                   y te quedaste solo, naufragando,

                   en la tarde de abril, dorada y rosa.


                   Jacinto S. Martín








            




1 comentario:

  1. Terminó la ‘estación’, isla en un banco ,y te quedaste solo, naufragando, en la tarde de abril, dorada y rosa.

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