LA FOTO AMARILLENTA
El tiempo amarillento
se fijó en una foto. En el recuerdo rojo de claveles, redobles de tambor, olor
a incienso y cera, y una brisa suave que mueve el antifaz de la esperanza. En
el azul una cigüeña engasta el marfil de su cuerpo. El último sol se asoma por
entre las jacarandas de la plaza frente a la
iglesia. Se abre el cancel y los niños corren tamborileando la
plataforma de madera. El Cristo, solo sobre el monte rojo, abre sus brazos a la
tarde.
A
mi tío Federico y a mi tía Rosarito, partes del alma de la hermandad.
MIÉRCOLES SANTO DE 1957
En
mis manos la foto amarillenta
anuda
el desteñido desacuerdo,
el redoble lejano del recuerdo,
el soplo suave de la tarde lenta.
Todos
los verdes en la brisa viva:
cetrino,
glauco, verde mar, presado,
verdusco, celedón, aceitunado,
verdino, verdiblanco y verde oliva.
Al
pie del paso don David estaba,
reforzada esperanza, fe segura
en el HOMBRE que mira hacia la altura.
Pepe
Brenes al Cristo contemplaba.
Con la misma esperanza, junto a ÉL,
Camacho y Federico y don Gabriel.
Jacinto
S. Martín
No hay comentarios:
Publicar un comentario