DIEGO EL DE LA CASTA
El Viernes Santo, después de encerrar a Jesús, Diego el de la Casta cantaba en el casino, entre la admiración de todos, viejas saetas emparentadas con el 'Kol Nidre', canto sinanogal hebreo que se recitaba antes de la puesta del sol el día del Yom Kipur o Día de la Expiación.. Diego, en la cima fugaz de la delicia, jugaba con su voz de sombra y se sentía hermano por un día. Desde la altura de los nueve años yo palpaba la injusticia que sufría aquel hombre para quien el mundo era ancho y ajeno. Jesús, su hijo, me contó que murió una madrugada de Viernes Santo cuando Jesús estaba en la calle.
A Jesús, hijo de Diego.
Diego, morado bronce dolorido,
en el casino oficia el viejo rito,
mientras canta con amor infinito
viejas saetas, con aire enternecido.
En la penumbra, el polvo detenido
se rompe en dos cuando se quiebra el grito,
cuando alcanza lo mágico inaudito
el soplo oscuro, el duende estremecido.
El mostrador, tambor improvisado.
En las copas tiembla el oro del vino
y el tiempo se detiene embelesado.
Atento al rito antiguo campesino
cantaba Diego, bronce en el camino,
hermano a sus hermanos abrazado.
" SONETOS DE PRIMAVERA"
Autor: Jacinto Martín.
Boletín de la Hdad. de la Misericordia. Año 1997.
Ver menos
No hay comentarios:
Publicar un comentario