DANTE ALIGHIERI
La “Divina Comedia” título
que da a la obra el poeta Petrarca, pues Dante sólo llamó “Comedia” a su poema de 100 cantos, se compone
de un canto introductorio y tres capítulos: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada capítulo tiene 33 cantos que sumados al introductorio nos dan los 100. de que consta la obra poética.
Dante Alighieri, poeta
italiano del siglo XIV, se encuentra perdido en medio de una selva oscura. El
alma de Virgilio, el poeta latino, acude en su auxilio y le hace saber que su
amada Beatriz le ha pedido que lo lleve hasta los nueve círculos del paraíso.
Para eso, acompañado por el poeta Virgilio, deberá pasar primero por los nueve
círculos del infierno y los nueve del
purgatorio.
Esto nos dice la obra clásica del siglo XIV, pero, ¿qué habría ocurrido si Dante y Beatriz, jóvenes de 33 años, ya instalados en el siglo XXI en un lugar de vacaciones, paraíso para turistas, marcan el número 9 imposible en un ascensor de un edificio de sólo cinco pisos?
*
Atardecía. La brisa marina nos recibió al salir del autobús y
la caricia salada nos transportó a un mundo mejor. Agosto ya va dejando mordiscos
de nada entre las palmeras. Veo que el fuerte poniente ha zangoloteado los
árboles del paseo marítimo inclinándolos hacia el este. Llegamos al pequeño hotel de solo cinco
plantas. El recepcionista, Ugolino della Gherardesca, así lo indicaba en su pecho una metálica placa
negra, nos recibió amablemente: ¡Signora Portinari, Signor Alighieri,
benvenutti al Paradiso!
Luego nos indicó que no tomáramos el
primer ascensor; pero lo hicimos. Era semejante a una amplia celda que olía a azufre.
Íbamos a la habitación 33 del piso tercero, pero el elevador nos indicaba hasta
nueve posibilidades, un imposible ascenso al noveno piso. Contra toda lógica, marqué el mágico 9, el cielo no
puede esperar. Inclinados al placer de
equivocarnos, llegamos a enamorarnos de la primera piedra con la que siempre
tropezamos.
Una semana después en el metálico encierro
azul, yo, Beatriz, la dama florentina, hija de Folco Portinari, me sorprendí tenebrescente,
cambiando del blanco al negro, y mirando hacia el siniestro flanco.
Perdidos en
no se sabe bien qué dimensión, confusos en el amarillento azufre
del noveno círculo en el que yo nunca
debí estar, sin libertad de movimiento, quietos en medio de la nada, se sucedía
el tiempo a sí mismo como un río aparentemente inmóvil avanzando a ningún sitio.
La vida solo es una
triste comedia. Somos hojas de otoño, le dije, y se tiñó de rojo la camisa
blanca del orgulloso güelfo antes de desplomarse. ¡Dante Alighieri, mi fingidor
poeta! Debo emprender un viaje desconocido para mí, pensé, y se extendió el olvido como la luz difusa de una mariposa
de aceite.
BEATRICE
DANTE ALIGHIERI
Debo emprender un viaje desconocido para mí, pensé, y se extendió el olvido como la luz difusa de una mariposa de aceite.
ResponderEliminarQuietos en medio de la nada, se sucedía el tiempo a sí mismo como un río aparentemente inmóvil avanzando a ningún sitio.
ResponderEliminarEl poema de Ungaretti ‘noi siamo come d´autumno sugli alberi le floglie’, es decir, nosotros estamos como están las hojas sobre los árboles en otoño.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMariposa de aceite : Pequeña mecha afirmada en un disco flotante y que, encendida en su recipiente con aceite, se pone por devoción ante una imagen o se usa para tener luz de noche. Vieja costumbre en la noche del Día de Difuntos.
ResponderEliminarEl lector debe leer el relato como una perfecta noticia:
ResponderEliminar¿Qué? ¿Quién? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Por qué?
Noveno círculo y amarillento azufre nos llevan al Infierno en el que Dante debió estar acompañado del poeta Virgilio, nunca de Beatriz. Beatriz debía estar en el noveno círculo del Paraíso. De ahí, ‘ confusos’.
ResponderEliminarMi fingidor poeta alude al poeta portugués Fernando Pessoa.
ResponderEliminarEn “se tiñó de rojo la camisa blanca del orgulloso güelfo” se hace alusión a la muerte violenta de Dante, miembro de los güelfos blancos en la ciudad de Firenze.
ResponderEliminarLa hipálage del adjetivo blanca se refiere a los güelfos blancos.
ResponderEliminarLa Divina Comedia queda aludida en “La vida solo es una triste comedia”.
ResponderEliminarEn “Somos hojas de otoño” late la presencia de Giuseppe Ungaretti, poeta italiano del siglo XIX – XX (1888-1970), representante poético del hermetismo.
ResponderEliminarDos símiles originales completan el microrrelato : tiempo = río aparentemente inmóvil, y olvido= luz difusa de una mariposa de aceite.
ResponderEliminarGuadalete: El río del olvido= El río Leteo, que conduce a los infiernos. Anticipación del final.
ResponderEliminar¡Signora Portinari, Signor Alighieri, benvenutti al Paradiso!
ResponderEliminarLa vida solo es una triste comedia. Somos hojas de otoño, le dije, y se tiñó de rojo la camisa blanca del orgulloso güelfo antes de desplomarse. ¡Dante Alighieri, mi fingidor poeta!
ResponderEliminarContra toda lógica, marqué el mágico 9, el cielo no puede esperar. Inclinados al placer de equivocarnos, llegamos a enamorarnos de la primera piedra con la que siempre tropezamos.
ResponderEliminarUna semana después en el metálico encierro azul, yo, Beatriz, la dama florentina, hija de Folco Portinari, me sorprendí tenebrescente, cambiando del blanco al negro, y mirando hacia el siniestro flanco.
ResponderEliminarVeo que el fuerte poniente ha zangoloteado los árboles del paseo marítimo inclinándolos hacia el este.
ResponderEliminarEl recepcionista, Ugolino della Gherardesca, así lo indicaba en su pecho una metálica placa negra, nos recibió amablemente: ¡Signora Portinari, Signor Alighieri, benvenutti al Paradiso!
ResponderEliminarAtardecía. La brisa marina nos recibió al salir del autobús y la caricia salada nos transportó a un mundo mejor. Agosto ya va dejando mordiscos de nada entre las palmeras.
ResponderEliminarAtardecía. La brisa marina nos recibió al salir del autobús y la caricia salada nos transportó a un mundo mejor. Agosto ya va dejando mordiscos de nada entre las palmeras. Veo que el fuerte poniente ha zangoloteado los árboles del paseo marítimo inclinándolos hacia el este.
ResponderEliminarContra toda lógica, marqué el mágico 9, el cielo no puede esperar.
ResponderEliminarInclinados al placer de equivocarnos, llegamos a enamorarnos de la piedra con la que siempre tropezamos.
ResponderEliminarAl noventayochista Azorín le gustaba cambiar las viejas historias literarias consagradas procurando un final más amable que el que tenía la original.Así, por ejemplo, realiza el cambio del trágico final de Calisto y Melibea por la historia de una feliz pareja burguesa que juega con su hija en los jardines de la casa.
ResponderEliminarUna semana después en el metálico encierro azul, yo, Beatriz, la dama florentina, hija de Folco Portinari, me sorprendí tenebrescente, cambiando del blanco al negro, y mirando hacia el siniestro flanco.
ResponderEliminarContra toda lógica, marqué el mágico 9, el cielo no puede esperar.
ResponderEliminarLa vida es un imposible ascenso al noveno piso.
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