Volvíamos de clase. Las farolas de la Gran Vía conservaban el resto amarillento de los ginkgos de otoño. Sonaban los frágiles tacones de Audrey. Bajamos por el Zacatín. Al cerrar los comercios, el juke-box (1) de la calle sólo aceptaba ya monedas de silencio. La soledad se ofertaba en los escaparates. No lo sabíamos, pero Truman y Blake (2) también bajaban por las callejas oscuras del pasado.
El río de la calle se remansó en una laguna oscura al llegar a Bib-Rambla. Llovía. Los tilos aquietaban la plaza. En la esquina, solitario, un hombre tocaba el acordeón. Se unieron fugazmente un fabricante de sueños, mi amiga y yo. El alma de Mancini (3) sobrevoló la oscura ventana de la noche.
Sonaba "Moon River" y las notas quedaban presas en la madeja mojada de la lluvia. Me acerqué al argentino y dejé caer unas monedas en un cestillo. Le pagué al 'fisco' el soplo fresco en el alma. Luego pensé que aquel hombre a quien posiblemente no viera más, que seguramente habría muerto en ese instante (la muerte sólo es ausencia) me había hecho cenar con diamantes.
1.En inglés, máquina tragaperras musical.
2. La novela "Desayuno en Tiffany's del escritor Truman Capote fue llevada al cine por Blake Edwards con el título "Desayuno con diamantes" y protagonizada por Audrey Hepburn.
3. Mancini compuso "Moon River".
Granada, una noche de abril del año 2009
Jacinto S. Martín
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